“Podría decirse, exagerando un poco, que quería encontrar al Jesús real (…) he tratado de desarrollar una mirada al Jesús de los Evangelios, un escucharle a él que pudiera convertirse en un encuentro; pero también, en la escucha en comunión con los discípulos de Jesús de todos los tiempos, llegar a la certeza de la figura realmente histórica de Jesús”
Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, Jesús de Nazaret. Segunda parte. Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección. Madrid 2011, Ediciones Encuentro. Pàgina 9
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nunca sera exagerado por que nunca sera como juan pablo 11 el si era exagerado por eso es santo
debemos tener la mirada de jesus y seguirle solo a èl, entender que en cada quien el espiritu santo se manifiesta de diferente forma.
Hablar con seriedad de Jesús en estos tiempos de “mundanidad”, materialismo, hedonismo, corrupción, libertinaje, etc., es toda una audacia. Y hacerlo desde la sede romana, es todavía más audaz, un valiente atrevimiento que enfrenta al mundo actual. Para quien conoce, someramente, la postura de teólogos como R. Bultmann, por ejemplo, en quien veo una especie de “neo-arrianismo”; la obra del dr. Ratzinger, resulta refrescante, aliviadora, sensata, pues nos habla de un Jesús como hombre (que supo vivir, sufrir, ser alegre, toda una existencia humana) y como Dios (poderoso y perdonador, creador y eterno), algo que teólogos como Bultmann habían perdido de vista por enfrascarse en el estudio arqueológico, antropológico, etc., de los evangelios. En ese sentido, la obra del dr. Ratzinger nos devuelve un análisis objetivo de la cristología sin menospreciar, del todo, los aportes históricos. No tiene nada que ver con Juan Pablo II, ni con ningún otro papa, cardenal, obispo, sacerdote, diácono, seglar, etc.; sólo tiene que ver con una nueva forma de creer en Jesús, el de Nazaret, sin cambiar nuestros dogmas cristianos.
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