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Navarro Valls en La Vanguardia

Publicado en La Vanguardia el 2/6/10

Fuente:  http://www.lavanguardia.es/premium/epaper/20100602/53938746203.html

Joaquín Navarro-Valls, ex portavoz de la Santa Sede, vivió junto a Juan Pablo II

“No existe nada más importante que un ser humano”

Tengo 73 años. Nací en Cartagena y vivo en Roma. Soltero. Doctor en Psiquiatría y licenciado en Periodismo. Presido un comité asesor de la facultad de Medicina de Roma. Hoy no se sabe quién es el ser humano, pero se legisla sobre él. Me considero un ser creado

IMA SANCHÍS
Usted no se ha casado.

Cuando dices que sí a una cosa, estás diciendo no a otras muchas. Yo abracé una idea radical de cristianismo siendo laico.

¿Deseaba trabajar en el Vaticano?

Un día recibí una llamada: “Tiene usted que almorzar con el Papa”. Pensé que era una broma, jamás me lo había planteado.

Permaneció 22 años, ¿apasionante?

Sí, increíble, ves la historia mientras se está haciendo y por quien la está haciendo.

¿Cómo era Juan Pablo II?

Poseía una alegría profunda. En las situaciones más tremendas y duras hacía reír a sus colaboradores.

¿Nunca le oyó levantar el tono?

Se enfadaba cuando veía seres humanos humillados y violentados física y moralmente. No podía soportar los abusos.

Sin embargo, varios seminaristas habían denunciado ante él los abusos del padre Maciel y no se les hizo caso hasta que acudieron a la prensa.

El representante de los Legionarios de Cristo escribió una carta en la que juraba que ninguna de las acusaciones era verdadera. Pese a ello, el proceso canónico contra él empezó en el pontificado de Juan Pablo II y terminó el primer año de Benedicto XVI.

La pederastia es un lastre que ha arrastrado la Iglesia durante mucho tiempo.

Se estima que uno de cada cinco niños ha sufrido abusos por parte de adultos. Hay países muy respetables que han firmado la Declaración de Derechos Humanos y que admiten en su país que un hombre pueda tomar por esposa a una niña de 7, 8 y 9 años, y la comunidad internacional no dice nada.

Quizá el problema de la Iglesia ha sido el secretismo, la ocultación.

Yo no defiendo a nadie, simplemente contemplo el fenómeno en su amplitud estadística, me asusta su dimensión y la pasividad con que gobiernos e instituciones afrontan el problema. Podrían ser acusados todos ellos de encubridores.

¿Wojtyla tenía sentido del humor?

El día que le comenté que no era bueno que una misma persona estuviera tantos años en mi puesto, él fingió que pensaba seriamente y luego dijo como para sí: “El doctor Navarro ha dicho una cosa muy importante que hay que reflexionar muy bien. Recuérdemelo dentro de cinco años”. Bromeó hasta el momento de su muerte.

Su relación era estrecha…

Cada noche cenábamos juntos. Un día fui buscarlo y estaba en su capilla. Entré de puntillas y lo vi frente al sagrario cantando canciones populares polacas. ¿Quería distraer a Dios?… Era tremendamente humano.

¿Afectuoso y tierno con Dios?

Sí. Recibía miles de cartas conmovedoras de todo el mundo, la mayoría, para que rezara por alguien. Dio la orden de que le hicieran de cada carta un pequeño papelito con el nombre de la persona, país y tema, y los guardaba en el reclinatorio de su capilla privada. Sus oraciones iban destinadas a ellos.

No perder el humor y la inocencia es una capacidad de grandes hombres.

Cierto, escribí un artículo sobre el buen humor de los santos: si crees de verdad que Dios te creó y que está abierto a que tú le hables, esa seguridad de no estar solo te lleva a pensar que, pase lo que pase en tu vida, el final es un final feliz.

¿Usted tiene esa certeza?

Sí, por gracia de Dios, porque o te lo dan o sólo te queda pedirlo. Decía Pascal que un ser humano es verdaderamente grande cuando se pone de rodillas, cuando aprende a pedir lo que le falta.

¿Qué ha sido lo mejor que le ha pasado?

Nacer, ser. En un momento en que hay un problema serio de respeto por la vida, estoy convencido de que ser es mejor que no ser.

¿Cuál ha sido su caballo de batalla?

Salir de mí mismo: darte cuenta de que lo que está fuera de ti es más importante que tú.

El suyo fue un trabajo de 24 horas.

Nada que ver con el del Papa, que, además, era mayor, por eso le empujé en algunas ocasiones a irnos a esquiar. Una página de la historia: el Papa atravesando el caos del tráfico de Roma en un coche sin identificar, parando en todos los semáforos. Yo cruzaba los dedos para que nadie lo reconociese.

También ha estado inmerso en un mundo de intrigas, envidias, mezquindades…

Sí, pero cualquier personas que ha hecho cosas despreciables sigue albergando eso que puede resurgir aunque él lo ignore. Si lo ves así, el mundo de las relaciones se abre.

Ha frecuentado a grandes personas.

Una de ellas fue Mijail Gorbachov, al que no se ha hecho justicia, porque fue el responsable de que cayera el Muro. Y los ojos de la madre Teresa no los olvidaré, eran los de una chiquilla de 9 años. ¡Una alegría!… Y después de su muerte nos hemos enterado de que vivió en un estado de negrura, de duda permanente.

… Vio demasiada injusticia.

En Calcuta visité con ella aquellas inmensas estancias llenas de moribundos, hindúes, musulmanes, que ella recogía por las calles. “¿Usted los convierte?”, le pregunté. “No – me dijo-,sólo pretendo que personas que han vivido como bestias puedan morir como hijos de Dios, es decir: lavados, peinados, alimentados”.

¿Cuál ha sido la gran lección?

Que nunca puedes instrumentalizar a otro por un fin mayor, porque no existe nada más importante que un ser humano.

37 artículos de la polémica en las páginas de Aceprensa

Artículos publicados en Aceprensa sobre la polémica de los abusos sexuales. Los que tienen una llave son sólo para suscriptores. El resto está en abierto.

La ley canónica y la ley civil ante los abusos sexuales (1085 palabras)   Juan Domínguez     10/05/10

La psicología ante los abusos sexuales por parte de clérigos (836 palabras)                                             05/05/10

La Santa Sede hará una revisión de los Legionarios de Cristo (1194 palabras)                                          02/05/10

Pagar por los pecados de los padres (563 palabras)                                  Carolyn Moynihan   30/04/10

Cachetes, salamandras y abusos de menores, todo mezclado (1252 palabras)                   José M. García Pelegrín        24/04/10

Aún hay sitio en el banquillo de los acusados (2053 palabras)                     Michael Cook          19/04/10

Goebbels y la operación de los sacerdotes paidófilos (979 palabras)                19/04/10

Ratzinger no paró el proceso contra un sacerdote de California (1135 palabras)             Ricardo Estarriol                   16/04/10

En la Iglesia Católica no hay más abusos que en otros ámbitos (529 palabras)                                        16/04/10

Transparencia con censura (789 palabras)                               Juan Domínguez        16/04/10

Llamamiento de intelectuales franceses a favor del Papa (300 palabras)                                 14/04/10

Guía sobre procedimientos en casos de abusos sexuales (869 palabras)                              12/04/10

Los abusos conciernen a un reducido número de sacerdotes (792 palabras)                                             08/04/10

Un caso de “pánico moral” (1408 palabras)                                                                05/04/10

El Papa y los abusos en EE.UU.: lo que el “Times” no cuenta (1894 palabras)           Rafael Serrano                      28/03/10

“El celibato no es la causa de la paidofilia” (970 palabras)                             Ricardo Estarriol    23/03/10

El Papa invita al arrepentimiento y a la renovación (1827 palabras)                    21/03/10

El Papa no encubrió a un acusado en Múnich (383 palabras)                        Aceprensa               16/03/10

Cómo actúa la Iglesia ante los abusos sexuales (1368 palabras)                          15/03/10

Alemania: abusos de menores en la Iglesia y fuera (1164 palabras)            José M. García Pelegrín                 12/03/10

Celibato sacerdotal y abusos sexuales (661 palabras)                            Aceprensa                  11/03/10

Abusos sexuales: máxima claridad y titulares engañosos (849 palabras)                                Aceprensa               10/03/10

Abusos sexuales, doble moral y esquizofrenia crítica (480 palabras)    Aceprensa                  19/07/07

George Weigel comenta el informe sobre los abusos sexuales en Estados Unidos (609 palabras)               Aceprensa      17/03/04

Balance y final de un escándalo (2143 palabras)                            Juan Domínguez        10/03/04

El coraje de ser católico (2423 palabras)                                        C. John McCloskey    26/03/03

La Iglesia de EE.UU. ya tiene normas definitivas para juzgar y castigar a los sacerdotes que hayan abusado de menores (480 palabras)                   Aceprensa      25/12/02

EE.UU.: nuevas normas para los casos de abusos de menores por parte de sacerdotes (828 palabras)    Aceprensa      20/11/02

El Vaticano y los obispos de EE.UU. revisarán las normas contra abusos sexuales de menores (661 palabras)               Aceprensa      23/10/02

Nueva praxis: un caso es demasiado (2765 palabras)                   Aceprensa                  19/06/02

La Iglesia en tiempos de escándalo (1212 palabras)                     Aceprensa                  22/05/02

Los equívocos de un escándalo (2654 palabras)                             Diego Contreras        01/05/02

Un problema espiritual, además de psicológico (1084 palabras) Aceprensa                  24/04/02

La Iglesia de EE.UU., sacudida por los casos de pederastia de sacerdotes (2953 palabras)                        Aceprensa ,Ignacio Aréchaga                     03/04/02

La Santa Sede da instrucciones para juzgar casos de abusos de menores por parte de clérigos (567 palabras)               Aceprensa      16/01/02

Abusos sexuales y celibato en África (644 palabras)                     Juan Domínguez        25/04/01

¿Defensa de las monjas o ataque al celibato? (649 palabras)       Diego Contreras        28/03/01

Navarro-Valls: «Solo la Iglesia se ha mostrado radical contra la pederastia»

Entrevista a Joaquín Navarro-Valls

Núria Navarro // El Periódico

Fuente: www.elperiodico.com

Durante 22 años fue portavoz del papa Juan Pablo II y durante 15 meses, de Benedicto XVI. Un récord absoluto en 20 siglos de historia de la cristiandad. Joaquín Navarro-Valls (Cartagena, 1936), supernumerario del Opus Dei, hombre inteligente y seductor, tiene el Vaticano y el mundo entero en la cabeza. Ahora ha vuelto a la medicina y a la escritura, sus pasiones. El próximo jueves se instala en las librerías Recuerdos y reflexiones (Plaza & Janés), un libro de artículos que debería leer «toda persona que en esta época tenga miedo a que se nos olvide pensar», apunta.

–Su nuevo yo le producirá cierta extrañeza, ¿no?

–En absoluto. El trabajo de estos años no me exigía dejar las características personales en la puerta. Era consciente de que tenía que ayudar a comunicar un universo de valores humanos y cristianos muy precisos. Pero le diré un pequeño secreto: durante todo el tiempo en el que el trabajo era un trabajo de 24 horas al día, nunca dejé de tener presente la medicina. Siempre procuré actualizar mis conocimientos.

–Ahora que está fuera, ¿en la trastienda del Vaticano se pierde la fe o sale fortalecida?

–La fe es un don. Se recibe, no se crea. De por sí, las miserias ajenas y las propias no deberían disminuir la fe, porque entran en el presupuesto. El santo no es el que no tiene defectos sino aquel que hace obras de arte con sus defectos, superándolos. Solo al ingenuo que se acerca al ser humano pensando que es impecable, le puede causar sorpresa el error de los demás.

–La fe precisa modelos.

–Lo que precisa modelos es la ética.

–¿Los hay en la Santa Sede?

–La media es muy alta. Luego hay algunos que son santos. Pero he tenido la suerte de no encontrar delincuentes. Y lo digo sinceramente. Son seres humanos.

–Si no perdió convicción, ¿por qué renunció a ser portavoz de Benedicto XVI?

–Llegó un momento en que estaba convencido de que no era bueno para una Santa Sede tan mediatizada. Poco después de su elección, Benedicto XVI me preguntó: «¿Usted le había planteado alguna vez a Juan Pablo II dejarlo?». Le contesté que tres veces. «¿Y qué le respondió?», me interrogó. «Como sabe, hacía broma de casi todo –le conté–; dijo que tenía que reflexionar y me respondió: ‘Recuérdemelo dentro de cinco años’». Pero tenía que dejarlo. Piense que he conocido a 12 portavoces de la Casa Blanca… No fue por el cambio de pontificado, le aseguro.

–Sin embargo, la marca Benedicto XVI –un Papa intelectual pero anticlimático– es más difícil de vender.

–Yo no lo veo así. Benedicto XVI es, desde san Pedro hasta hoy, el Papa que tiene la mayor bibliografía personal. Ha publicado 40 libros y 800 artículos, tiene 18 honoris causa y ha aceptado debates en la escéptica Oxford. ¿Qué significa todo eso? Que hay una riqueza de ideas extraordinaria. Habrá que ver si las vehicula adecuadamente o no.

–Los tiempos reclaman un perfil más social que intelectual, ¿no cree?

–Creo que estamos en un momento de la humanidad en que hay una gran ambigüedad en los conceptos. Cada palabra significa ocho cosas distintas. Que haya un Papa que quiera hacer una clarificación semántica es un trabajo extraordinariamente necesario. Sus escritos son leidísimos en el mundo académico.

–Wojtila había hecho teatro de joven, dominaba la escena, conectaba.

–Siempre he sido reacio a las comparaciones. Cuando Juan Pablo II fue elegido tenía 58 años y cuando lo fue el cardenal Ratzinger, tenía 78 años. ¡Por el hecho de haber aceptado ya es como para levantarle un monumento! Yo he vivido desde dentro la estrechísima colaboración personal entre Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger. En los borradores de documentos escritos por Juan Pablo II se repetía siempre una frase: «Que lo vea Ratzinger».

–También pidió en su testamento que continuara la reforma de la Iglesia. Parece que no será así.

–Reformas hay. No veo a ninguna institución política, cultural o educativa que esté haciendo lo que la Iglesia bajo Ratzinger frente al repugnante tema de la pederastia. ¡No caigamos en la hipocresía de pensar que la pederastia es cosa de cuatro eclesiásticos! Es una cosa bestial que afecta a millones de niños en todo el mundo. Hay países miembros de Naciones Unidas donde es legal que el hijo de un jeque se case con una niña de 7 años y la comunidad internacional no dice ni una palabra.

–No es exactamente lo mismo.

–Mire, el 90% de los abusos a niños se consuman en el entorno familiar y el asunto queda en el ámbito jurídico- penal. No veo a ninguna institución que tenga una reacción proporcional a la de la Iglesia

–Una reacción tibia y tardía.

–Una reacción muy radical. Sin parangón, insisto.

–Hay quien señala a Juan Pablo II como inductor del silencio de algunos de esos casos.

–En su mayoría son hechos acaecidos en los años 60 y silenciados por las mismas víctimas. Y menos mal que hablaron… aunque lo hicieran en un contexto jurídico-económico. Cuando Juan Pablo II tuvo noticia de la dimensión y la gravedad del problema, llamó a Roma a todos los cardenales americanos para discutir exclusivamente el tema.

–Hablar no es tomar medidas.

–Se empezaron a tomar medidas. También está el triste y enigmático caso de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo [acusado de abuso sexual contra seminaristas y menores de edad]. Yo mismo di la comunicación de las sanciones en mayo del 2006, el primer año de pontificado de Benedicto XVI, pero el proceso canónico se inició en el de Juan Pablo II. Leer que el Papa había protegido a Maciel me causa indignación.

–La teoría conspiratoria ve en este asunto un ajuste entre facciones cara al próximo cónclave.

–¡Quíteselo de la cabeza!

–Se ha levantado polvareda…

–La polvareda se inició con el artículo de Laurie Goodstein en el New York Times [afirmaba que en 1996 el entonces cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, archivó el proceso al sacerdote Lawrence Murphy, de la diócesis de Milwakee, culpable de 200 casos de abusos]. Esa periodista no subrayó que la policía interrogó a Murphy y lo declaró inocente. ¿Por qué no dicen que los policías de Milwakee son encubridores?

–Quizá el remedio sea poner fin al celibato.

–La cuestión no es «celibato, sí» o «celibato, no». Nada tiene que ver con el amor humano y menos aún con la sexualidad. Tiene que ver con la imposibilidad que la modernidad nos ha metido dentro de decir «para siempre». Frente a eso, propone el «me tengo que dejar las puertas abiertas». Todo es una prueba. La modernidad nos ha reducido. Nos ha hecho enanos. Gran parte del éxito de Juan Pablo II con los jóvenes es haberles dicho: «Sois capaces de decir ‘para siempre’. Sois muy superiores a todas las hipótesis sobre vosotros que la modernidad os otorga».

–Sin embargo, se van dando de baja muchos socios del club.

–¿Esos que se dan de baja estaban dentro del club? Quizá para algunos sea una época de purificación intelectual. Creían por razones falsas. El tema de la fe es una particular relación entre uno y Dios. Si pensaban que unas miserias humanas pueden cercenar esa relación es que se equivocaban. Es otra cosa.

–¿Qué cosa es?

–Creo en Dios porque me creo al pie de la letra las dos líneas del Génesis que dicen: «Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza». Si eso es verdad, ¡caramba!, cambia todo. Si eso es verdad, yo le debo a usted un respeto que va infinitamente más allá de cualquier cosa que se me pueda ocurrir sobre usted. Decía Pascal: «El hombre es realmente grande cuando se pone de rodillas». ¿Qué quiso decir?

–Usted dirá. Así, de repente, no suena muy bien.

–Quiere decir que una actitud humana básica es la de rezar, porque el hombre debería tener muy claro cuáles son sus límites frente al dolor, frente a cómo digiere los desprecios de los demás y, eventualmente, frente a la muerte. Y si veo los límites, veo cuáles son mis posibilidades. Y me convierto en un ser optimista, porque sé que, pase lo que pase, al final de todo esto hay un happy end. Si no me lo creo, la vida no solo es un drama sino que no merece la pena. Si no me la creo, entiendo incluso lo ininteligible: el suicidio.

–Usted tiene razones para el optimismo. Ha tenido poder, y mucho.

–Y usted se lo cree.

–Sí, señor.

–Es inevitable que, cuando te expones a salir en los medios, la gente asocie presencia a poder real. Pero no he pretendido ni he querido poder alguno ni en el Vaticano ni en otros puestos. Mire el apego que tenía al poder, que solo quería dedicar algunos años de mi vida a leer y al estudio de la medicina.

–Entretanto, revolucionó la comunicación vaticana.

–En el campo de la comunicación he llegado a conclusiones muy pedestres. Comunicar es tener algo que decir –los medios están llenos de espacios donde alguien que no tiene nada que decir dice algo porque siente la necesidad de que los demás se acuerden de que está vivo– y adaptar lo que tienes que decir al medio en el que lo dices. Juan Pablo II aceptó eso y yo intenté ayudarlo.

–Hizo más cosas.

–Quizá instaurar otro modo de trato con los periodistas acreditados (6.000 el último mes de papado de Juan Pablo II, más que en unos JJOO). A veces me decían: «No se fíe usted de ese, que es un homosexual escandinavo… ». «¡Y a mí qué me importa! – respondía–. Es un colega que se gana el pan con este trabajo».

–Fue el artífice del encuentro de Juan Pablo II con Gorbachov, símbolo del fin de la guerra fría.

–Fui un año antes a Moscú, en junio de 1988, cuando la perestroika era una hipótesis. Gorbachov me recibió en su despacho del Kremlin con una sonrisa. Era un hombre lleno de vitalidad. Un año después vino al Vaticano. Pero eso forma parte del abecé del trabajo… Cuando alguna vez Juan Pablo II o Benedicto XVI agradecían mis servicios, siempre les contestaba: «No me dé las gracias, me paga para esto; poco, pero me paga». Estar cerca de la Historia no significa ser el motor de la Historia.

–¿Y cómo ve la Historia ahora?

–En esta tardomodernidad hay un nivel de inseguridad crítico. Cuando este Papa, antes de resultar elegido, habló de la «dictadura del relativismo » estaba diciendo algo muy importante.

–Usted aventuró que, cuando abandonara la plaza de San Pedro, se ordenaría sacerdote.

–Nunca lo pensé. No es mi dirección de vida.

–¿Cuál es su dirección de vida?

–Soy feliz por volver a mi primer amor profesional que era y sigue siendo la medicina. Trabajo en la Universidad Campus Bio-Médico de Roma, y también en la joven facultad de Medicina de la UIC.

–Me interesaba menos el trabajo que la persona.

–Aspiro a vivir. Estamos tan ocupados con el vivir que se nos olvida la riqueza del hecho de vivir. Párate y reflexiona sobre la maravilla de que es mejor ser que no ser, y díselo a la pobre mujer que se enfrenta a la decisión de un aborto. Entre el ser y la nada, el ser.