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31 preguntes sobre la infància de Jesús, 31 respostes de Benet XVI

31 Preguntes i respostes sobre la infància de Jesús extretes del llibre de Joseph Ratzinger-Benet XVI Jesús de Nazaret. La infancia de Jesús.  El text de les respostes està tret literalment de l’original. Les preguntes són meves.

1. Quin és l’objectiu del llibre sobre la infància de Jesús que ha escrit Benet XVI?

SOBRE JESÚS I LA SEVA MISSIÓ

2. D’on ve Jesús?

3. Per què el nom de Jesús?

4. Per què Déu, essent amor, es signe de contradicció?

5. Com és el regne del Fill de Déu? Quina relació té amb els regnes dels poderosos del món?

6. Per què la salvació de Jesús consisteix en el perdó dels pecats?

7. Quina llibertat té Jesús respecte de la Llei?

8. Quina diferència hi ha entre la pau de l’emperador August i la pau de Crist?

LES GENEALOGIES DE JESÚS

9. Quin és el sentit de la genealogia de Jesús que descriu sant Mateu?

10. Quina és l’estructura simbòlica de la genealogia que descriu l’evangeli de sant Lluc?

11. Per què no coincideixen les genealogies que descriuen els evangelistes Mateu i Lluc?

12. Quin paper té Josep en la genealogia de Jesús?

HISTORICITAT DE LES NARRACIONS

13. Són certes les narracions de la infància de Jesús de sant Mateu i sant Lluc?

14. El naixement virginal de Jesús, ¿és un mite o una veritat històrica?

15. Podem determinar el temps històric en el qual nasqué Jesús?

16. Succeí la matança d’innocents per part d’Herodes?

ANUNCIACIÓ

17. Per què l’àngel saluda la Verge Maria amb un chaire, ‘Ave’, enlloc de l’acostumat ‘Shalom’ jueu?

18. Quina relació té l’alegria amb el títol “plena de gràcia” que l’àngel aplica a Maria?

19. La resposta de la Verge Maria a l’àngel, ¿què palesa sobre la seva forma de ser?

20. Per què la resposta afirmativa de Maria a l’àngel és essencial?

DEL NADAL ALS DOTZE ANYS

21. A Josep se’l considera un “home just” ¿Què significa aquesta expressió?

22. Per què Josep i Maria van a Betlem?

23. Què suggereix el fet que no tinguessin lloc a Betlem per acollir Maria i Josep?

24. Es pot afirmar que Jesús nasqué en una gruta?

25. Nasqué Jesús entre un bou i una mula?

26. Qui eren els Mags que van a adorar al Nen?

27. Què veu la tradició quan descriu els Mags com a tres reis?

28. Per què donaren els Mags or, encens i mirra?

29. Per què sant Mateu diu que a Jesús se l’anomenaria natzarè, d’acord amb els profetes?

30. ¿Per què triguen Maria i Josep tres dies en trobar Jesús en el temple, després d’haver-lo perdut quan tenia dotze anys?

31. ¿Quin valor tenen les paraules de Jesús quan Maria i Josep el troben en el temple?

Benedicto XVI en el Líbano: 20 palabras clave

El Papa Benedicto XVI ha visitado el Líbano entre el 14 y el 16 de septiembre de 2012. Los textos oficiales de todas las intervenciones públicas las podéis encontrar en este enlace. En este vídeo de 2.21 minutos hay un resumen de las principales ideas del documento Ecclesia in Medio Oriente.

Aquí se ofrece una selección de fragmentos destacados, ordenados por palabras clave.

Amor

“Sed portadores del amor de Cristo. ¿Cómo? Volviendo sin reservas a Dios, su Padre, que es la medida de lo justo, lo verdadero y lo bueno. Meditad la Palabra de Dios. Descubrid el interés y la actualidad del Evangelio. Orad. La oración, los sacramentos, son los medios seguros y eficaces para ser cristianos y vivir «arraigados y edificados en Cristo, afianzados en la fe» (Col 2,7). El Año de la fe que está para comenzar será una ocasión para descubrir el tesoro de la fe recibida en el bautismo. Podéis profundizar en su contenido estudiando el Catecismo, para que vuestra fe sea viva y vivida. Entonces os haréis testigos del amor de Cristo para los demás. En él, todos los hombres son nuestros hermanos. La fraternidad universal inaugurada por él en la cruz reviste de una luz resplandeciente y exigente la revolución del amor. «Amaos unos a otros como yo os he amado» (Jn13,35). En esto reside el testamento de Jesús y el signo del cristiano. Aquí está la verdadera revolución del amor”.

Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes en la explanada frente al Patriarcado maronita de Bkerké (15 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Año de la fe

“Al promulgar el Año de la fe, que comenzará el próximo 11 de octubre, he querido que todo fiel se comprometa de forma renovada en este camino de conversión del corazón. A lo largo de todo este año, os animo vivamente, pues, a profundizar vuestra reflexión sobre la fe, para que sea más consciente, y para fortalecer vuestra adhesión a Jesucristo y su evangelio”.

Benedicto XVI, Santa Misa y entrega de la Exhortación Apostólica Postsinodal para Oriente Medio en el Beirut City Center Waterfront (16 de septiembre de 2012)(Vídeo)

Conversión

“Pero es posible no dejarse vencer por el mal y vencer el mal con el bien (cf. Rm 12,21). Estamos llamados a esta conversión del corazón. Sin ella, las tan deseadas “liberaciones” humanas defraudan, puesto que se mueven en el reducido espacio que concede la estrechez del espíritu humano, su dureza, sus intolerancias, sus favoritismos, sus deseos de revancha y sus pulsiones de muerte. Se necesita la transformación profunda del espíritu y el corazón para encontrar una verdadera clarividencia e imparcialidad, el sentido profundo de la justicia y el del bien común. Una mirada nueva y más libre hará que sea posible analizar y poner en cuestión los sistemas humanos que llevan a un callejón sin salida, con la finalidad de avanzar, teniendo en cuenta el pasado, con sus efectos devastadores, para no volver a repetirlo. Esta conversión que se requiere es exaltante, pues abre nuevas posibilidades, al despertar los innumerables recursos que anidan en el corazón de tantos hombres y mujeres deseosos de vivir en paz y dispuestos a comprometerse por ella. Pero es particularmente exigente: hay que decir no a la venganza, hay que reconocer las propias culpas, aceptar las disculpas sin exigirlas y, en fin, perdonar. Puesto que sólo el perdón ofrecido y recibido pone los fundamentos estables de la reconciliación y la paz para todos (cf. Rm 12,16b.18)”.

Benedicto XVI, Encuentro con los miembros del Gobierno, de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático, los responsables religiosos y los representantes del mundo de la cultura (Salón 25 de Mayo del Palacio presidencial de Baabda, 15 de septiembre de 2012)

Convivencia

“La buena convivencia, típicamente libanesa, debe demostrar, a todo Oriente Medio y al resto del mundo, que dentro de una nación puede haber colaboración entre las diferentes Iglesias, miembros todos de la única Iglesia católica, en un espíritu fraternal de comunión con los demás cristianos y, al mismo tiempo, la convivencia y el diálogo respetuoso entre los cristianos y sus hermanos de otras religiones. Sabéis tan bien como yo que este equilibrio, que se presenta por todas partes como un ejemplo, es extremadamente delicado. A veces amenaza con romperse cuando se tensa como un arco, o se somete a presiones que son con demasiada frecuencia partidistas, ciertamente interesadas, contrarias y extrañas a la armonía y dulzura libanesa. Es necesario entonces dar prueba de verdadera moderación y gran sabiduría. (…) Vengo también para decir lo importante que es la presencia de Dios en la vida de cada uno y cómo la forma de vivir juntos, esta convivencia que desea testimoniar vuestro país, será profunda en la medida en que esté fundada en una actitud de acogida y benevolencia hacia el otro, en la medida que esté enraizada en Dios, que desea que todos los hombres sean hermanos. El famoso equilibrio libanés, que quiere seguir siendo una realidad, se puede prolongar gracias a la buena voluntad y al empeño de todos los libaneses. Sólo entonces podrá servir de modelo para los habitantes de toda la región, y del mundo entero. No se trata únicamente de una obra humana, sino de un don de Dios que hay que pedir con insistencia, preservar a cualquier precio, y consolidar con determinación”.

Benedicto XVI, Ceremonia de bienvenida en el Aeropuerto internacional Rafik Hariri de Beirut (14 de septiembre de 2012)

Cruz: exaltarla es un acto de fe, esperanza y caridad

“La comunión y el testimonio cristiano, ¿acaso no se fundan en el Misterio pascual, en la crucifixión, en la muerte y resurrección de Cristo? ¿No alcanzan en él su pleno cumplimiento? Hay un vínculo inseparable entre la cruz y la resurrección, que un cristiano no puede olvidar. Sin este vínculo, exaltar la cruz significaría justificar el sufrimiento y la muerte, no viendo en ello más que un fin inevitable. Para un cristiano, exaltar la cruz quiere decir entrar en comunión con la totalidad del amor incondicional de Dios por el hombre. Es hacer un acto de fe. Exaltar la cruz, en la perspectiva de la resurrección, es desear vivir y manifestar la totalidad de este amor. Es hacer un acto de amor. Exaltar la cruz lleva a comprometerse a ser heraldos de la comunión fraterna y eclesial, fuente del verdadero testimonio cristiano. Es hacer un acto de esperanza”.

Benedicto XVI, Visita a la Basílica de San Pablo de Harissa y firma de la Exhortación Apostólica Postsinodal (14 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Ecumenismo

“La Exhortación abre a un verdadero diálogo interreligioso basado en la fe en Dios Uno y Creador. Quiere también contribuir a un ecumenismo lleno de fervor humano, espiritual y caritativo, en la verdad y el amor evangélico, que extrae su fuerza del mandato del Resucitado: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28,19-20)”.

Benedicto XVI, Visita a la Basílica de San Pablo de Harissa y firma de la Exhortación Apostólica Postsinodal (14 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Educación

” La tarea de la educación es la de acompañar la maduración de la capacidad de tomar opciones libres y justas, que puedan ir a contracorriente de las opiniones dominantes, las modas, las ideologías políticas y religiosas. Éste es el precio de la implantación de una cultura de la paz”.

Benedicto XVI, Encuentro con los miembros del Gobierno, de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático, los responsables religiosos y los representantes del mundo de la cultura (Salón 25 de Mayo del Palacio presidencial de Baabda, 15 de septiembre de 2012)

Fraternidad

“Es hermoso trabajar con y para los demás. Vivir juntos momentos de amistad y alegría permite resistir a los gérmenes de división, que constantemente se han de combatir. La fraternidad es una anticipación del cielo. Y la vocación del discípulo de Cristo es ser «levadura» en la masa, como dice san Pablo: «Un poco de levadura hace fermentar toda la masa» (Ga 5,9)”.

Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes en la explanada frente al Patriarcado maronita de Bkerké (15 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Fundamentalismo

“El fundamentalismo es siempre una falsificación de la religión y va contra el sentido de la religión, que, en cambio, invita a difundir la paz de Dios en el mundo. Por tanto, el compromiso de la Iglesia y de las religiones es aquel de cumplir una purificación de estas tentaciones, iluminar las conciencias y hacer de tal manera que cada uno tenga una imagen clara de Dios. Debemos respetarnos unos a los otros. Cada uno es imagen de Dios y debemos respetarnos recíprocamente. El mensaje fundamental de la religión debe estar contra la violencia, que es una falsificación como el fundamentalismo, debe ser la educación, la iluminación y la purificación de las conciencias, para favorecer el dialogo, la reconciliación y la paz”.

Benedicto XVI, Encuentro con los periodistas durante el vuelo hacia Líbano (14 de septiembre de 2012)

Guerra

“¿Qué podemos hacer contra la guerra? Naturalmente difundir siempre el mensaje de la paz, aclarar que la violencia no resuelve nunca un problema y reforzar las fuerzas de la paz. Es importante en este sentido el trabajo de los periodistas, que pueden ayudar mucho mostrando como la violencia destruye, no construye, no es útil para nadie. Es necesario rezar por Oriente Medio, por los cristianos y musulmanes mostrando la posibilidad de diálogo y de soluciones. Debe cesar la importación de armas: sin armas la guerra no podría continuar. En vez de importar las armas, que es un pecado grave, deberíamos importar las ideas, la paz, la creatividad, aceptar a los otros en la diversidad. Hacer visible el respeto de las religiones unas hacia las otras, el respeto del hombre como criatura de Dios, el amor del prójimo como elemento fundamental para todas las religiones. Es necesario promover todos los gestos posibles, también materiales, para favorecer el fin de la guerra y de la violencia, de modo que todos puedan reconstruir el país”.

Benedicto XVI, Encuentro con los periodistas durante el vuelo hacia Líbano (14 de septiembre de 2012)

Juventud

“La juventud es el momento en el que se aspira a grandes ideales, y el periodo en que se estudia para prepararse a una profesión y a un porvenir. Esto es importante y exige su tiempo. Buscad lo que es hermoso y gozad en hacer el bien. Dad testimonio de la grandeza y la dignidad de vuestro cuerpo, que es «para el Señor» (1 Co6,13b). Tened la delicadeza y la rectitud de los corazones puros. Como el beato Juan Pablo II, yo también os repito: «No tengáis miedo. Abrid las puertas de vuestro espíritu y vuestro corazón a Cristo». El encuentro con él «da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Deus caritas est, 1). En él encontraréis la fuerza y el valor para avanzar en el camino de vuestra vida, superando así las dificultades y aflicciones. En él encontraréis la fuente de la alegría. Cristo os dice: سَلامي أُعطيكُم (Mi paz os doy). Aquí está la revolución que Cristo ha traído, la revolución del amor”.

Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes en la explanada frente al Patriarcado maronita de Bkerké (15 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Libertad religiosa

“No olvidemos que la libertad religiosa es el derecho fundamental del que dependen muchos otros. Profesar y vivir libremente la propia religión, sin poner en peligro su vida y su libertad, ha de ser posible para cualquiera. La pérdida o el debilitamiento de esta libertad priva a la persona del derecho sagrado a una vida íntegra en el plano espiritual. La así llamada tolerancia no elimina las discriminaciones, sino que a veces incluso las reafirma. Y sin la apertura a lo trascendente, que permite encontrar respuestas a los interrogantes de su corazón sobre el sentido de la vida y la manera de vivir moralmente, el hombre se hace incapaz de actuar con justicia y de comprometerse por la paz. La libertad religiosa tiene una dimensión social y política indispensable para la paz. Ella promueve una coexistencia y una vida armoniosa a causa del compromiso común al servicio de causas nobles y de la búsqueda de la verdad que no se impone por la violencia sino por «la fuerza de la misma verdad» (Dignitatis humanae, 1), la Verdad que está en Dios”.

Benedicto XVI, Encuentro con los miembros del Gobierno, de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático, los responsables religiosos y los representantes del mundo de la cultura (Salón 25 de Mayo del Palacio presidencial de Baabda, 15 de septiembre de 2012)

Paz y dignidad humana

“La dignidad del hombre es inseparable del carácter sagrado de la vida que el Creador nos ha dado. En el designio de Dios, cada persona es única e irremplazable. Viene al mundo en una familia, que es su primer lugar de humanización y, sobre todo, la primera que educa a la paz. Para construir la paz, nuestra atención debe dirigirse a la familia para facilitar su cometido, y apoyarla, promoviendo de este modo por doquier una cultura de la vida. La eficacia del compromiso por la paz depende de la concepción que el mundo tenga de la vida humana. Si queremos la paz, defendamos la vida”.

Benedicto XVI, Encuentro con los miembros del Gobierno, de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático, los responsables religiosos y los representantes del mundo de la cultura (Salón 25 de Mayo del Palacio presidencial de Baabda, 15 de septiembre de 2012)

Perdón

“¿No es la paz ese bien precioso que toda la humanidad está buscando? Y, ¿no es un mundo de paz para nosotros y para los demás lo que deseamos en lo más profundo? سَلامي أُعطيكُم (Mi paz os doy), dice Jesús. Él no ha vencido el mal con otro mal, sino tomándolo sobre sí y aniquilándolo en la cruz mediante el amor vivido hasta el extremo. Descubrir de verdad el perdón y la misericordia de Dios, permite recomenzar siempre una nueva vida. No es fácil perdonar. Pero el perdón de Dios da la fuerza de la conversión y, a la vez, el gozo de perdonar. El perdón y la reconciliación son caminos de paz, y abren un futuro”.

Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes en la explanada frente al Patriarcado maronita de Bkerké (15 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Primavera árabe

“De por sí, la primavera árabe es una cosa positiva: un deseo de mayor democracia, mayor libertad, mayor cooperación y de una renovada identidad árabe. Este grito de la libertad que viene de una juventud más formada cultural y profesionalmente, que desea una mayor participación en la vida política y social es un progreso, una cosa muy positiva y que esta bien acogida también por nosotros los cristianos. Naturalmente sabemos, pensando en la historia de las revoluciones, que el grito de libertad tan importante y positivo, corre el riesgo de olvidar un aspecto, una dimensión fundamental de la libertad, que es la tolerancia del otro, el hecho de que la libertad humana es siempre una libertad compartida, y que solo puede crecer en la solidaridad, en el vivir juntos con determinadas reglas. Esto es siempre un peligro, también en este caso. Tenemos que hacer todo lo posible para que el concepto de libertad, el deseo de libertad vaya en la justa libertad y no olvide la tolerancia, la reconciliación que son elementos fundamentales de la libertad. De esta manera también la Primavera Árabe, necesita una renovación de la historia milenaria. Los cristianos y los árabes han construido estas tierras y han de vivir juntos. Creo, que es importante ver los elementos positivos de estos movimientos y hacer todo lo posible para que la libertad sea concebida correctamente y responda a un mayor dialogo y no al dominio de unos contra otros”.

Benedicto XVI, Encuentro con los periodistas durante el vuelo hacia Líbano (14 de septiembre de 2012)

Redes sociales

“Las frustraciones que se presentan no os deben conducir a refugiaros en mundos paralelos como, entre otros, el de las drogas de cualquier tipo, o el de la tristeza de la pornografía. En cuanto a las redes sociales, son interesantes, pero pueden llevar fácilmente a una dependencia y a la confusión entre lo real y lo virtual. Buscad y vivid relaciones ricas de amistad verdadera y noble. Adoptad iniciativas que den sentido y raíces a vuestra existencia, luchando contra la superficialidad y el consumo fácil. También os acecha otra tentación, la del dinero, ese ídolo tirano que ciega hasta el punto de sofocar a la persona y su corazón. Los ejemplos que os rodean no siempre son los mejores. Muchos olvidan la afirmación de Cristo, cuando dice que no se puede servir a Dios y al dinero (cf. Lc 16,13). Buscad buenos maestros, maestros espirituales, que sepan indicaros la senda de la madurez, dejando lo ilusorio, lo llamativo y la mentira”.

Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes en la explanada frente al Patriarcado maronita de Bkerké (15 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Servicio

“Servir es una exigencia imperativa para la Iglesia y, para los cristianos, el ser verdaderos servidores, a imagen de Jesús. El servicio es un elemento fundacional de la identidad de los discípulos de Cristo (cf. Jn 13,15-17). La vocación de la Iglesia y del cristiano es servir, como el Señor mismo lo ha hecho, gratuitamente y a todos, sin distinción. Por tanto, en un mundo donde la violencia no cesa de extender su rastro de muerte y destrucción, servir a la justicia y la paz es una urgencia, para comprometerse en aras de una sociedad fraterna, para fomentar la comunión”.

Benedicto XVI, Santa Misa y entrega de la Exhortación Apostólica Postsinodal para Oriente Medio en el Beirut City Center Waterfront (16 de septiembre de 2012)(Vídeo)

Siria

“¿Por qué tanto horror? ¿Por qué tanta muerte? Apelo a la comunidad internacional. Apelo a los países árabes de modo que como hermanos, propongan soluciones viables que respeten la dignidad de toda persona humana, sus derechos y su religión. Quien quiere construir la paz debe dejar de ver en el otro un mal que debe eliminar. No es fácil ver en el otro una persona que se debe respetar y amar, y sin embargo es necesario, si se quiere construir la paz, si se quiere la fraternidad (cf. 1 Jn 2,10-11; 1 P 3,8-12). Que Dios conceda a vuestro país, a Siria y a Oriente Medio el don de la paz de los corazones, el silencio de las armas y el cese de toda violencia. Que los hombres entiendan que  todos son hermanos”.

Benedicto XVI Rezo del Ángelus Domini (16 de septiembre de 2012)(Vídeo)

Solidaridad

“Ciertas ideologías, cuestionando directa o indirectamente, e incluso legalmente, el valor inalienable de toda persona y el fundamento natural de la familia, socavan las bases de la sociedad. Debemos ser conscientes de estos ataques contra la construcción y la armonía del vivir juntos. Sólo una solidaridad efectiva constituye el antídoto a todo esto. Solidaridad para rechazar lo que impide el respeto de todo ser humano, solidaridad para apoyar las políticas y las iniciativas que actúan para unir los pueblos de modo honesto y justo”.

Benedicto XVI, Encuentro con los miembros del Gobierno, de las Instituciones de la República, el Cuerpo Diplomático, los responsables religiosos y los representantes del mundo de la cultura (Salón 25 de Mayo del Palacio presidencial de Baabda, 15 de septiembre de 2012)

Sufrimiento y amor

“Ahora es precisamente cuando hay que celebrar la victoria del amor sobre el odio, del perdón sobre la venganza, del servicio sobre el dominio, de la humildad sobre el orgullo, de la unidad sobre la división. A la luz de la fiesta de hoy, y con vistas a una aplicación fructífera de la Exhortación, os invito a todos a no tener miedo, a permanecer en la verdad y a cultivar la pureza de la fe. Ese es el lenguaje de la cruz gloriosa. Esa es la locura de la cruz: la de saber convertir nuestro sufrimiento en grito de amor a Dios y de misericordia para con el prójimo; la de saber transformar también unos seres que se ven combatidos y heridos en su fe y su identidad, en vasos de arcilla dispuestos para ser colmados por la abundancia de los dones divinos, más preciosos que el oro (cf.2 Co 4,7-18). No se trata de un lenguaje puramente alegórico, sino de un llamamiento urgente a llevar a cabo actos concretos que configuren cada vez más con Cristo, unos actos que ayuden a las diferentes Iglesias a reflejar la belleza de la primera comunidad de creyentes (cf. Hch 2,41-47;segunda parte de la Exhortación); unos actos similares a los del emperador Constantino, que supo dar testimonio y sacar a los cristianos de la discriminación para permitirles vivir abierta y libremente su fe en Cristo crucificado, muerto y resucitado para nuestra salvación”.

Benedicto XVI, Visita a la Basílica de San Pablo de Harissa y firma de la Exhortación Apostólica Postsinodal (14 de septiembre de 2012) (Vídeo)

Cinc cruïlles de la comunicació

Marc Argemí

Dissabte passat, dia 21, vaig participar en una taula rodona, convidat per l’ISCREB com un dels tres ponents per parlar sobre mitjans de comunicació i Evangelització, a partir de la pròpia experiència. Moderà Josep Maria Carbonell, degà de la Facultat de Comunicació de Blanquerna, i van participar també la Maria Marín, de Ràdio Principat, i Rafael Jorba, de La Vanguardia.

Vaig dubtar sobre si aprofitar algunes reflexions ja escrites en aquest bloc, com ara Els sabors del missatge cristià a l’opinió pública, o bé El periodisme religiós i la religió del periodisme. Finalment vaig optar per fer una reflexió totalment nova. Aquí sota adjunto els apunts, per si us són d’utilitat.

Cal dir, abans de res, que el tema era, específicament, sobre la comunicació de l’Evangeli a partir de l’experiència personal. De tota manera, els principis inspiradors que procuro explicar poden servir per comunicar també altres missatges. Ja ho he repassat una mica per a que sigui així. He tret els exemples i algunes anècdotes, que fora de la intervenció oral perden molt del seu sentit.

Sense més preàmbuls, aquest és l’esquema:

Des de fa uns anys sóc director de comunicació d’una institució de l’Església a Catalunya, com és la Prelatura de l’Opus Dei. Informo sobre aquesta institució i també sobre el missatge de l’Evangeli, posant-hi l’accent particular que és propi de tal institució: la recerca de Déu en la vida corrent i a través del treball professional ordinari, procurant dur una vida de servei als altres i de millora de la societat per amor a Déu.

En la pràctica, la meva feina no difereix gaire de la que puguin tenir molts altres gabinets de comunicació d’altres institucions de qualsevol naturalesa: atenció de les peticions que puguin fer els periodistes, sigui sobre una notícia que ha aparegut, sigui perquè volen fer un reportatge, o perquè necessiten una persona per a un debat, comunicació a través de la plana web, fulletons, etc.

En la meva personal experiència a l’hora de fer aquesta feina em trobo sovint davant algunes cruïlles, que en podem dir dilemes, opcions o alternatives. Intentaré resumir-les en cinc:

1.       Alegria vs Al·lèrgia

El missatge cristià és la bona notícia, una alegria. Em fa molt content, l’Evangeli, i les coses que alegren, de natural un tendeix a transmetre-les. És com qui s’ha tret el carnet de conduir i vol fer-ho saber a tothom.

El problema sorgeix quan el missatge que a mi m’alegra potser en altres persones –en persones que provenen dels mitjans, parlem ara- em fa la impressió que els provoca al·lèrgia. Dic al·lèrgia en el sentit no que els provoqui urticària instantània, sinó en el sentit que els incomoda, o bé els sembla preocupant allò que a mi em tranquil·litza. Per exemple, pot alegrar-me que els infants rebin educació catòlica, mentre a la persona que tinc al davant aquest fet li produeix un desassossec irresistible. Es pot dir això d’algun aspecte del missatge de l’Església, o d’alguna realitat de la mateixa institució. I també pot donar-se en sentit contrari: que vegin obertament beneficiós allò que jo tinc conceptuat com ben perjudicial.

Com es pot resoldre, aquesta diferència?

Un enfocament és plantejar-ho en termes de guerra, de vencedors i de vençuts. Seria dir “El missatge que tinc és el bo i l’altre que m’escolti”: Em sembla que això no va enlloc, però no tinc cap experiència en aquest sentit. La comunicació, en tot cas, acaba ràpid: l’altra persona surt amb urticària per tot arreu.

Un segon enfocament que penso que és també erroni és el de plantejar-ho en termes de pau per damunt de tot i en tota circumstància. Seria dir “més val que em calli tot allò que pugui provocar-li al·lèrgia, no fos cas que s’enfadés”. Aquesta pau, al meu entendre, és més similar a la pau del cementiri que a una pau veritable, perquè a la llarga un acaba renunciant a mostrar-se tal com és. Si amago la meva alegria, ¿què em queda per comunicar?

Una experiència bona és deixar de veure el periodista o informador en front d’un mateix, i posar-se, en canvi, de costat per fixar-se cap a on està mirant, quin és el seu objectiu.

Esbrinar quin és l’objectiu que l’altra persona buscar per comunicar pot ajudar a salvar la diferència entre alegries i al·lèrgies. Perquè, un cop sabem l’objectiu, molt sovint es descobreix amb sorpresa que és un objectiu compartit. La clau és trobar un punt en comú.

I compartir l’objectiu de la comunicació, en el món dels mitjans, no és tant complicat. Si qui tenim al davant és bon periodista, buscarà la veritat. Si és així, jo també estic a favor de la veritat. El mateix podem dir d’altres objectius, com la justícia, o la pau.

Junt amb el punt en comú, cal trobar també un llenguatge comú, no només pel que fa als conceptes, sinó també a les formes. Els mitjans tenen la seva lògica: les coses les necessiten, com qui diu, per abans d’ahir, si és una ràdio necessitarà unes declaracions parlades i si fa vídeo unes bones imatges i bones localitzacions. També cal pensar en facilitar la comprensió dels conceptes d’origen religiós, que en ocasions no han sentit mai esmentar.

Un cop trobat aquest terreny de joc comú, amb objectiu i llenguatge compartits, podem passar a altres dilemes.

2.       Autenticitat vs Aparença

En el missatge de l’Evangeli hi ha coses que als ulls d’algunes persones poden ser incomprensibles, escandaloses o provocatives. La temptació és fer cirurgia estètica: modificar el missatge per fer-lo al gust de l’oient. Cuidar per damunt de tot una aparença acceptable.

Sóc partidari de no tenir complexos: és molt millor intentar donar bones explicacions a les coses, més que passar-hi de puntetes sobre les més impopulars perquè ni nosaltres n’estem convençuts. Això implica un esforç d’estudi. Els mitjans estan, però, molt a l’abast, com pot ser Catecisme de l’Església (o el seu compendi), el Compendi de Doctrina Social o les catequesis de Benet XVI.

Però estar convençuts no vol dir ser arrogants, vol dir ser autèntics. Cal donar prioritat a l’autenticitat per sobre l’aparença. O el que és el mateix: a la identitat per sobre de la popularitat.

Quan la comunicació és autèntica, potser en un primer moment poden dir “vaja, potser et passes” però a la llarga és molt apreciat, perquè ens hem mostrat tal com som.

A l’hora de fer aquest esforç d’autenticitat, cal trobar l’equilibri entre unes altres dues parelles de conceptes:

3.       Il·luminació vs Escalfament

Cal procurar posar llum sobre les qüestions, més que escalfar l’ambient o fer enfadar les persones. En comunicació les formes són part del fons: s’han de dir les coses, ben dites, de bones maneres, amb respecte vers les persones. Això implica una capacitat d’escolta de l’altre, i de saber recollir de la seva opinió aquelles coses que porten raó. Ja hi ha comunicadors catòlics que ho han convertit en principi inspirador.

Un exemple de posar llum enlloc d’escalfar va ser la intervenció de Benet XVI a la Jornada Mundial de la Família de València, quan va centrar-se en donar la visió positiva que l’Església té de la família cristiana, enlloc de carregar contra aquelles legislacions que hi van en contra.

4.       Transparència vs Publicitat

Se’ns demana molta transparència, i això és bo. Però la transparència s’ha d’equilibrar amb el fet que Jesús ens demanava que la teva mà dreta no sàpiga el que fa l’esquerra. És a dir, que tampoc no es poden aplicar les tècniques del màrketing o la publicitat per explicar la tasca bona que fa l’Església. És un fet que en qüestions d’idees o creences les campanyes de màrketing no sempre s’entenen bé. Molt sovint aixequen sospites d’arrogància o de voluntat de guanyar adeptes. L’Església fa molt pels altres, però fa molt poc per a què això se sàpiga, i no ens n’hem d’estranyar.

D’altra banda, alguna cosa s’ha de dir, perquè si no sembla que un s’amaga. Potser l’equilibri entre ser transparent i no semblar que es fa publicitat s’obté evitant el llenguatge autoreferencial i intentant comunicar les necessitats que veiem. Cal centrar la comunicació no en l’Església que fa coses per a persones que tenen problemes, sinó en les persones a les quals l’Església serveix i en els problemes que intenta resoldre. I, per descomptat,en la persona de Jesucrist, també com Aquell en el qual aquestes persones i aquests problemes poden trobar resposta.

La millor comunicació del missatge és aquella que s’encarna en persones, i en històries. Deia Benet XVI, fa molts anys (penso que abans de ser Papa), que l’Església viu en l’alegria que senten els cristians pel fet de ser-ho. L’alegria d’una vida amarada d’evangeli comunica millor que qualsevol tècnica de comunicació.

5.       Relació vs Resultat

Comunicar implica una relació personal amb altres. En el meu cas, amb periodistes que em demanen coses i amb persones que demano que m’ajudin a atendre aquests periodistes. Estic molt agraït a totes dues bandes. Són experiències molt enriquidores, on s’aprèn molt.

Per això, ara que estem en binomis, el més important de tots cinc és aquell de posar la relació sempre per davant del resultat. És a dir, de vegades un periodista s’equivoca, fica la pota, diu falsedats, etc. Si un es deixa portar per la primera reacció, potser l’esbronca. El resultat pot arribar a ser aparentment bo: aquella persona és obligada a esmenar-se i la propera vegada vigilarà. Però la relació s’ha deteriorat molt: aquella persona s’haurà sentit ferida.

En canvi, si el que es procura és mantenir una relació cordial, amb franquesa, però també humana, estarem transmetent l’Evangeli més per la forma amb què el tractem que no pas amb les paraules que puguem dir, encara que pel camí haguem de deixar-ne passar algunes. Penso que, d’altra banda, això és el que a tots ens agradaria que ens féssim, a banda que és el que a la llarga dóna millor resultat.

Tot plegat, això de comunicar l’alegria sense provocar al·lèrgies, essent autèntic i posant llum, essent transparent i prioritzant les relacions, no és cosa d’un dia. És un ofici, i s’ha d’anar aprenent. Quan les coses surten bé, com deia cert expert, cal mirar per la finestra, i donar gràcies a altres per l’eficàcia; si surt malament, mirar-se al mirall i veure què puc millorar jo mateix. Reconeixement propis errors. Reconeixement dels encerts dels altres.

Dos plagas, tres retos y una alternativa: la crisis mundial vista por Benedicto XVI

Benedicto XVI, este anciano que reunirá en Madrid a más jóvenes que todas las estrellas del pop del momento hayan podido nunca aglutinar, dijo hace unos años que dos verdaderas plagas de nuestro tiempo son el materialismo económico y el relativismo ético.

Tachar de plaga la tendencia a tener-tener-tener que ha impulsado el consumo en las economías avanzadas durante los últimos decenios podría sonar, sobretodo en oídos de gentes con bolsillos llenos, a exageración y tremendismo. Pero las inquietantes imágenes de bandas de jóvenes asaltando comercios, atracando a heridos y robando televisores de plasma en el Reino Unido, mientras otros ciudadanos combaten el desorden escoba en ristre, parecen hacer buena la comparación.

Aun así, reducir las causas de tales disturbios a estas dos plagas resulta insuficiente. Quizás sea más completo el diagnóstico que el mismo Papa Ratzinger hizo el pasado mes de mayo, cuando enumeraba los tres retos a los que se enfrenta la fe cristiana, y con ella el mundo: “la búsqueda a menudo exasperada del bienestar económico, en una fase de grave crisis económica y financiera, el materialismo práctico y el subjetivismo dominante”. Es decir: el bienestar buscado obsesivamente para colmar los anhelos de felicidad; una vida cotidiana que prescinde de toda dimensión trascendente, y el desinterés por la verdad. Estas tres tendencias son tanto más fuertes como ampliamente aceptadas de modo muchas veces irreflexivo.

De acuerdo con tal diagnóstico, la crisis económica y financiera no sería tan grave sin las consecuencias perniciosas y salvajes de la previa exasperación consumista y del despiadado afán de lucro de muchas personas en muchos puntos de la economía planetaria. ¿Cómo salir de este estado de gran irritación, que eso significa precisamente estar exasperado? Hasta ahora, bastaba con consumir de nuevo. Pero cuando no hay dinero que gastar ni se presta tan fácilmente, la solución se complica.

El Papa sostiene que al hombre “no es posible curarlo sólo desde fuera, creando condiciones económicas favorables”; más bien, precisa buscar un fundamento alternativo al de los bienes materiales. Y él propone la fe: “la fe otorga a la vida una base nueva, un nuevo fundamento sobre el que el hombre puede apoyarse, de tal manera que precisamente el fundamento habitual, la confianza en la renta material, queda relativizado”.

Esta propuesta de unas bases nuevas para la propia vida está en el núcleo mismo de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid. En su mensaje a todos los participantes, Benedicto XVI sugiere: “construid vuestra casa sobre roca, como el hombre que “cavó y ahondó”. Intentad también vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Escuchadle como al verdadero Amigo con quien compartir el camino de vuestra vida. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos. Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no dan serenidad ni alegría”. Parecerá fuera de lugar, incomprensible, oscuro o hasta retrógrado, pero este mensaje de Benedicto XVI ha sido leído centenares de miles de veces durante los últimos meses por centenares de miles de jóvenes, que se acercan a la capital castellana desde todos los rincones del planeta.

En el fondo, es una muestra más de la convicción que comparten el Papa y estos jóvenes de que “las soluciones a los problemas actuales de la humanidad no pueden ser sólo técnicas, sino que deben tener en cuenta todas las exigencias de la persona, que está dotada de alma y cuerpo, y así deben tener en cuenta al Creador, a Dios”.

¿Plantean los alborotadores británicos, los indignados castellanos, los apurados mandatarios occidentales, una alternativa tan radicalmente clara y tan desacomplejada al modelo en crisis actual?

La JMJ es una oportunidad más para conocer de primera mano esta alternativa que lleva proponiendo Benedicto XVI, ante el desconcierto posmoderno y el totalitarismo de la indiferencia.

Dues plagues, tres reptes i una alternativa: la crisi mundial vista per Benet XVI

Benet XVI, aquest ancià que reunirà a Madrid més joves que totes les estrelles del pop del moment hagin pogut mai aplegar, va dir fa uns anys que dues veritables plagues del nostre temps són el materialisme econòmic i el relativisme ètic.

Titllar de plaga la tendència a tenir-tenir-tenir que ha impulsat el consum en les economies avançades durant els darrers decennis podria sonar, sobretot a oïdes de gent amb butxaques plenes, a exageració i tremendisme. Però les inquietants imatges de bandes de joves assaltant comerçosatracant ferits i robant televisors de plasma en el Regne Unit, mentre altres ciutadans combaten el desordre amb escombra a punt, semblen fer bona la comparació.

Tot i així, reduir les causes d’aquests disturbis a aquestes dues plagues resulta insuficient. Potser és més complerta la diagnosi que el mateix Papa Ratzinger va fer el passat mes de maig, quan enumerava els tres reptes als quals s’enfronta la fe cristiana, i amb ella el món: “la recerca sovint exasperada del benestar econòmic, en una fase de greu crisi econòmica i financera, el materialisme pràctic i el subjectivisme dominant “. És a dir: el benestar buscat obsessivament per satisfer els anhels de felicitat, una vida quotidiana que prescindeix de tota dimensió transcendent, i el desinterès per la veritat. Aquestes tres tendències són tant més fortes com àmpliament acceptades de manera moltes vegades irreflexiva.

D’acord amb tal diagnòstic, la crisi econòmica i financera no seria tant greu sense les conseqüències pernicioses i salvatges de la prèvia exasperació consumista i del despietat afany de lucre de moltes persones en molts punts de l’economia planetària. Com sortir d’aquest estat de gran irritació, que això significa precisament estar exasperat? Fins ara, n’hi havia prou amb consumir un altre cop. Però quan no hi ha diners de gastar ni se’n deixen tan fàcilment, la solució es complica.

El Papa sosté que l’home “no és possible guarir-lo només des de fora, creant condicions econòmiques favorables“; més aviat, precisa buscar un fonament alternatiu al dels béns materials. I ell proposa la fe: “La fe atorga a la vida una base nova, un nou fonament sobre el qual l’home pot recolzar-se, de tal manera que precisament el fonament habitual, la confiança en la renda material, queda relativitzat“.

Aquesta proposta d’unes bases noves per a la pròpia vida és al nucli mateix de la Jornada Mundial de la Joventut de Madrid. En el seu missatge a tots els participants, Benet XVI suggereix: “construïu la vostra casa sobre roca, com l’home que «va cavar i va enfondir». Intenteu també vosaltres acollir cada dia la paraula de Crist. Escolteu-lo com l’Amic veritable amb qui compartir el camí de la vostra vida. Amb ell al vostre costat sereu capaços d’afrontar amb valentia i esperança les dificultats, els problemes, també les desil·lusions i els fracassos. Contínuament se us presentaran propostes més fàcils, però vosaltres mateixos us adonareu que es revelen com a enganyoses, no donen serenitat ni alegria”. Semblarà fora de lloc, incomprensible, fosc o fins retrògrad, però aquest missatge de Benet XVI ha estat llegit centenars de milers de vegades durant els últims mesos per centenars de milers de joves, que s’acosten a la capital castellana des de tots els racons del planeta.

En el fons, és una mostra més de la convicció que comparteixen el Papa i aquests joves que “les solucions als problemes actuals de la humanitat no poden ser només tècniques, sinó que han de tenir en compte totes les exigències de la persona, que està dotada d’ànima i cos, i així han de tenir en compte el Creador, a Déu”.

¿Plantegen els esvalotadors britànics, els indignats castellans, els apurats mandataris occidentals, una alternativa tan radicalment clara i tan desacomplexada al model en crisi actual?

La JMJ és una oportunitat més per conèixer de primera mà aquesta alternativa que porta proposant Benet XVI, davant el desconcert postmodern i el totalitarisme de la indiferència.

Felices Navidades y tristes verdades (o la singular forma de felicitar las fiestas de Benedicto XVI)

Cuentan los expertos que las controversias mediáticas suelen primar, con frecuencia, los elementos conflictivos por encima de la búsqueda de la verdad. El gran escándalo del 2010 para la Iglesia -los abusos sexuales del clero- va camino de convertirse en el conflicto que, en contra de lo previsto, consiguió llevar estos dos elementos a su máxima expresión.

Benedicto XVI no es amigo de felicitar la Navidad a la Curia con frases convencionales y discursos de compromiso. Así como en la primera oportunidad, en 2005, planteó abiertamente su visión de la historia de la Iglesia tras el Vaticano II (hermenéutica de la discontinuidad vs hermenéutica de la ruptura) en esta Navidad de 2010 ha afrontado sin rodeos “las grandes angustias” que han marcado la actualidad informativa en torno a los sacerdotes los últimos meses. Con su franqueza habitual, Benedicto XVI ha explicado: “hemos sido turbados cuando, precisamente en este año y en una dimensión inimaginable para nosotros, hemos tenido conocimiento de abusos contra menores cometidos por sacerdotes, que trabucan el Sacramento en su contrario: bajo el manto de lo sagrado hieren profundamente a la persona humana en su infancia y le acarrean un daño para toda la vida”. Asegura haber visto el rostro de la Iglesia “cubierto de polvo” y su vestido “desgarrado” por culpa de los sacerdotes.

Mucho se ha comentado el papel de los medios en esta polémica mediática. Desencadenado el mecanismo del chivo expiatorio, no ha sido fácil en ocasiones sustraer la razón de la espiral de acusaciones que se vertían contra el papa alemán, precisamente la persona que -pasados los días de gran conflagración- ha aparecido como el bueno de la película. La sociedad buscaba un culpable, y ese anciano vestido de blanco parecía, nunca mejor dicho, un blanco fácil. Afortunadamente, el relato informativo de los medios no está todo escrito de antemano, y los acontecimientos llevaron las plumas periodísticas por derroteros fuera de guión. Si en marzo y abril se le presentaba como el gran odiado, tras el viaje al Reino Unido y en vísperas de su visita a Barcelona y Santiago un prestigioso observador afirmaba que el Papa “ha sabido hacer llegar sus mensajes al pueblo”.

Sólo la verdad…

Quizás haya sido esto, su capacidad de conectar con el pueblo, lo que más incomodara a sus opositores. Pero esta capacidad de entender el alma del tipo corriente ni se improvisa ni es fruto de un cálculo estratégico o de un plan de comunicación. Parte del éxito de Benedicto XVI en salir airoso de un año sembrado de malas noticias responde, simplemente, a su capacidad de entender en su esencia el funcionamiento de las controversias en la opinión pública. Sabe que más allá de la polémica del gran titular hay que buscar siempre lo cierto, si algo hay de cierto en lo narrado, es decir, aquello que realmente han vivido las personas concretas que aparecen en la noticia.

En otras palabras, busca la verdad. Y esta búsqueda de la verdad, una vez más, se ha revelado no sólo como la única actitud finalmente válida, sino como la mediáticamente más fructífera. Esta actitud queda explicitada en sus recientes declaraciones a Peter Seewald sobre el escándalo de los abusos del clero: “Saltaba a la vista que la información dada por la prensa no estaba guiada por la pura voluntad de transmitir la verdad sino que había también un goce en desairar a la Iglesia y en desacreditarla lo más posible. Pero, más allá de ello, debía quedar siempre claro que, en la medida en que es verdad, tenemos que estar agradecidos por toda información. La verdad, unida al amor bien entendido, es el valor número uno. Por último, los medios no podrían haber informado de esa manera si el mal no estuviese presente en la misma Iglesia. Sólo porque el mal estaba en la Iglesia pudo ser utilizado por otros en su contra”.

En coherencia con este punto de partida, el Papa exhortó en su discurso de Navidad a la cúria a “aceptar esta humillación como una exhortación a la verdad y una llamada a la renovación. Sólo la verdad salva. Debemos preguntarnos qué podemos hacer para reparar lo más posible la injusticia cometida. Debemos preguntarnos qué era equivocado en nuestro anuncio, en toda nuestra forma de configurar el ser cristiano, de manera que una cosa semejante pudiera suceder. Debemos encontrar una nueva determinación en la fe y en el bien. Debemos ser capaces de penitencia. Debemos esforzarnos en intentar todo lo posible, en la preparación al sacerdocio, para que una cosa semejante no pueda volver a suceder”. De la mano de Benedicto XVI, el gran escándalo ha contribuido a que saliera a la luz una gran verdad, incómoda, sobre los miembros de la Iglesia. Y sólo a partir de la verdad se puede mejorar lo presente.

…Y toda la verdad

La verdad ha sido, en efecto, incómoda y dolorosa para la Iglesia. Pero la verdad no se acaba aquí. Explica Benedicto XVI: “no podemos tampoco callar sobre el contexto de nuestro tiempo en el que hemos tenido que ver estos acontecimientos. Existe un mercado de la pornografía que afecta a los niños, que de alguna forma parece ser considerado por la sociedad cada vez más como algo normal. La destrucción psicológica de niños, cuyas personas son reducidas a artículo de mercado, es un espantoso signo de los tiempos (…). Se plantea también el problema de la droga, que con fuerza creciente extiende sus tentáculos de pulpo en todo el globo terrestre (…) Todo placer resulta insuficiente y el exceso en el engaño de la embriaguez se convierte en una violencia que destruye regiones enteras, y esto en nombre de un malentendido fatal de la libertad en el que precisamente la libertad del hombre es minada y al final anulada del todo”. En el discurso, además, Benedicto XVI apunta a los fundamentos ideológicos de estos males: la apología de la pedofilia en los 70 y la sustitución de la moral por un cálculo relativista de las consecuencias.

Tan peculiar -por valiente- felicitación de Navidad prosigue después comentando el Sínodo de las Iglesias Orientales, el viaje al Reino Unido y la beatificación del cardenal Newman. El texto completo, aquí. De lectura imprescindible.

¡Feliz Navidad!

Bones festes i males notícies (o la singular forma de felicitar el Nadal que té Benet XVI)

Diuen els experts que les controvèrsies mediàtiques solen afavorir, amb freqüència, els elements conflictius per sobre de la recerca de la veritat. El gran escàndol del 2010 per a l’Església -els abusos sexuals del clergat- va camí de convertir-se en el conflicte que, en contra del previst, va aconseguir portar aquests dos elements a la seva màxima expressió.

Benet XVI no és amic de felicitar el Nadal a la Cúria amb frases convencionals i discursos de compromís. Així com en la primera oportunitat, el 2005, va plantejar obertament la seva visió de la història de l’Església després del Vaticà II (hermenèutica de la discontinuïtat vs hermenèutica de la ruptura) en aquest Nadal de 2010 ha afrontat sense embuts “les grans angoixes” que han marcat l’actualitat informativa al voltant dels sacerdots els últims mesos. Amb la seva franquesa habitual, Benet XVI ha explicat: “hem estat torbats quan, precisament en aquest any i en una dimensió inimaginable per a nosaltres, hem tingut coneixement d’abusos contra menors comesos per sacerdots, que trabuquen el Sagrament en el seu contrari: sota el mantell del sagrat fereixen profundament a la persona humana en la seva infància i li ocasionen un dany per a tota la vida”. Assegura haver vist el rostre de l’Església “cobert de pols” i el seu vestit “estripat” per culpa dels sacerdots.

Molt s’ha comentat el paper dels mitjans en aquesta polèmica mediàtica. Desencadenat el mecanisme del boc expiatori, no ha estat fàcil en ocasions sostreure la raó de l’espiral d’acusacions que s’abocaven contra el papa alemany, precisament la persona que -passats els dies de gran conflagració-ha aparegut com el bo de la pel·lícula. La societat buscava un culpable, i aquest ancià vestit de blanc semblava, mai millor dit, un blanc fàcil. Afortunadament, el relat informatiu dels mitjans no està tot escrit per endavant, i els esdeveniments van portar les plomes periodístiques per camins fora de guió. Si el març i abril se’l presentava com el gran odiat, després del viatge al Regne Unit i en vigílies de la seva visita a Barcelona i Santiago un prestigiós observador afirmava que el Papa “ha sabut fer arribar els seus missatges al poble”.

Només la veritat …

Potser hagi estat això, la seva capacitat de connectar amb el poble, el que més incomoda els seus opositors. Però aquesta capacitat d’entendre l’ànima del tipus corrent ni s’improvisa ni és fruit d’un càlcul estratègic o d’un pla de comunicació. Part de l’èxit de Benet XVI en sortir airós d’un any sembrat de males notícies respon, simplement, a la seva capacitat d’entendre en la seva essència el funcionament de les controvèrsies en l’opinió pública. Sap que més enllà de la polèmica del gran titular s’ha de buscar sempre la veritat, si alguna cosa ha de cert en la narració, és a dir, allò que realment han viscut les persones concretes que apareixen en la notícia.

En altres paraules, busca la veritat. I aquesta recerca de la veritat, un cop més, s’ha revelat no només com l’única actitud finalment vàlida, sinó com la mediàticament més fructífera. Aquesta actitud queda explicitada en les seves recents declaracions a Peter Seewald sobre l’escàndol dels abusos del clergat: “Saltava a la vista que la informació donada per la premsa no estava guiada per la pura voluntat de transmetre la veritat sinó que hi havia també un gaudi a desairar l’Església i en desacreditar-la el més possible. Però, més enllà d’això, havia de quedar sempre clar que, en la mesura que és veritat, hem d’estar agraïts per tota informació. La veritat, unida a l’amor ben entès, és el valor número u. Finalment, els mitjans no podrien haver informat d’aquesta manera si el mal no estigués present en la mateixa Església. Només perquè el mal estava a l’Església va poder ser utilitzat per altres en contra”.

En coherència amb aquest punt de partida, el Papa va exhortar en el seu discurs de Nadal a la Cúria a “acceptar aquesta humiliació com una exhortació a la veritat i una crida a la renovació. Només la veritat salva. Hem preguntar-nos què podem fer per reparar el més possible la injustícia comesa. Ens hem de preguntar què estava equivocat en el nostre anunci, en tota la nostra manera de configurar l’ésser cristià, de manera que una cosa semblant pogués succeir. Hem de trobar una nova determinació en la fe i en el bé. Hem de ser capaços de penitència. Hem esforçar-nos a intentar tot el possible, en la preparació al sacerdoci, perquè una cosa semblant no pugui tornar a succeir”. De la mà de Benet XVI, el gran escàndol ha contribuït a que sortís a la llum una gran veritat, incòmoda, sobre els membres de l’Església. I només a partir de la veritat es pot millorar el present.

… I tota la veritat

La veritat ha estat, en efecte, incòmoda i dolorosa per a l’Església. Però la veritat no s’acaba aquí. Explica Benet XVI: “no podem tampoc callar sobre el context del nostre temps en què hem hagut de veure aquests esdeveniments. Hi ha un mercat de la pornografia que afecta els nens, que d’alguna manera sembla ser considerat per la societat cada vegada més com una cosa normal. La destrucció psicològica de nens, les persones dels quals són reduïdes a article de mercat, és un espantós signe dels temps (…). Es planteja també el problema de la droga, que amb força creixent estén els seus tentacles de pop per tot el globus terrestre (…) Tot plaer és insuficient i l’excés en l’engany de l’embriaguesa es converteix en una violència que destrueix regions senceres, i això en nom d’un malentès fatal de la llibertat en el qual precisament la llibertat de l’home és determinada i al final anul·lada del tot”. En el discurs, a més, Benet XVI apunta als fonaments ideològics d’aquests mals: l’apologia de la pedofília en els 70 i la substitució de la moral per un càlcul relativista de les conseqüències.

Tan peculiar -per valenta- felicitació de Nadal prossegueix després comentant el Sínode de les Esglésies Orientals, el viatge al Regne Unit i la beatificació del cardenal Newman. El text complet, aquí. De lectura imprescindible.

Bon Nadal!